Los síntomas del resfrío y de la gripe pueden ser similares aunque existen diferencias en cuanto a su duración e intensidad.
Reflujo, alergia y microorganismos: causas de faringitis
La inflamación de garganta es un padecimiento que normalmente se asocia a una infección pero también puede ser debida a la contaminación o a problemas de reflujo gastroesofágico (los ácidos del estómago suben hacia el esófago y lo debilitan desencadenando síntomas como ardor, irritación y tos). El 90% de los pacientes con este tipo de enfermedad ‘debuta’, por así decirlo, acudiendo al otorrinolaringólogo. La faringitis también puede asociarse a la dificultad para respirar por la nariz y tomar aire por la boca o a infecciones respiratorias como la gripe o a problemas de alergia.
Recomendaciones para el control de la alergia
El tratamiento más común para tratar las alergias son los antihistamínicos como la loratadina y el hidrocloruro de difenhidramina. Para evitar la alergia al polen evita abrir las ventanas por las mañanas (mejor hazlo por la tarde/noche), tiende la ropa dentro de casa para evitar el polen), en caso de que tengas perro es importante cepillarlo bien antes de entrar en casa (en su pelo se acumula mucho polen), cuando llegues a casa cámbiate de ropa para no estar todo el día con ropa que tenga polen.
Para prevenir los ácaros ventilar las habitaciones todos los días, entre 30 y 60 minutos diarios, tanto en invierno como en verano, cambiar las sábanas cada semana y lavarlas a 60 ºC, evitar los radiadores eléctricos, usar somieres de láminas, almohadas y edredones sintéticos, la temperatura de la habitación es recomendable que esté entre 18 ºC y 19 ºC y la humedad entre el 50 % y el 60 %, limpiar la casa una o dos veces por semana con un trapo húmedo y pasar la aspiradora dos o tres veces por semana durante 30 o 40 minutos.