La anafilaxia es una reacción alérgica de comienzo agudo que afecta a más de dos órganos o sistemas, el mayor número de muertes por anafilaxia se produce en adolescentes y jóvenes adultos, sobre todo cuando la causa es alimentaria, sin embargo, en niños el diagnóstico puede resultar más complicado ya que a veces no se identifican las causas, que pueden ser tan diversas como la exposición al agua, el aire frío, alimentos, picaduras de insectos, los medios de contraste radiológicos, medicamentos, la exposición a ciertos materiales (como el látex), entre otros.
Hay factores de riesgo como son la edad, enfermedades del corazón y asma.
Los síntomas más habituales de la anafilaxia son los cutáneos, seguidos por los síntomas respiratorios y cardiovasculares, aunque pueden presentarse en diferente orden y variar en cuanto al tiempo de manifestación. Debemos sospechar de una anafilaxia grave cuando se presenten síntomas como comezón intensa, tos o dificultad para respirar, afonía, dolor abdominal intenso, vómito y diarrea, dolor de tórax, cianosis, hipotensión, arritmias cardiacas o la pérdida de conciencia.
La anafilaxia puede manifestarse de forma diferente en cada paciente, incluso en el mismo paciente en distintos episodios, por lo que es recomendable asistir con su médico para un adecuado diagnóstico y tratamiento.