El asma es una enfermedad inflamatoria crónica altamente prevalente. Se caracteriza por síntomas variables y recurrentes. Es una enfermedad multifactorial con componentes genéticos, ambientales, alérgicos, infecciosos, nutricionales y emocionales. Recientes estudios genéticos sugieren la participación de varios genes con efectos leves o moderados sobre la fisiopatología del asma.
El fenotipo más común en niños es el asma alérgica asociada a la presencia de IgE específica contra algún alérgeno ambiental. El asma no alérgica puede ser desencadenada por inhalación de agentes químicos como tabaco o limpiadores caseros, por ingesta de aspirina, conservadores de alimentos, estrés, aire frío e incluso por ejercicio o por infecciones.
En todos los casos, la participación de histamina parece ser fundamental, por lo que una producción, degradación o acción alterada de este mediador podría ser fundamental en el desarrollo de asma. Se ha descrito que las variaciones genéticas (polimorfismos de un solo nucleótido o SNPs, es decir una variación en la secuencia de ADN que afecta a una sola base y pueden afectar la forma en que una persona reacciona ante las bacterias, los virus, los medicamentos y otras sustancias) en las enzimas y receptores que participan en la síntesis, acción y degradación de histamina pueden influir en la presencia, severidad y comorbilidad del asma con otras enfermedades alérgicas como la dermatitis y la rinitis.
CÉLULAS IMPLICADAS EN MECANISMO INMUNOLÓGICO
El asma es causada principalmente por una respuesta inmune inapropiada conducida por linfocitos Th2 (LTh2) hacia antígenos o alérgenos del medio ambiente.
FACTORES GENÉTICOS Y PAPEL DE LA HISTAMINA EN EL ASMA
La enfermedad suele tener origen en la infancia, por lo que se ha sugerido que están implicados factores genéticos y medioambientales que contribuyen a su inicio y evolución. Entre los factores genéticos han sido identificados al menos 64 genes mayores y menores de susceptibilidad como alelos HLA específicos, polimorfismos del receptor FcεRI-β, IL-4, CD14.
La histamina es una amina que se produce a partir de la L-histidina. Ejerce diversas funciones, tales como la activación de procesos celulares mediante la unión con sus receptores (H1, H2, H3 y H4), los cuales a su vez controlan distintas funciones de acuerdo con su localización. A nivel de vías aéreas y mucosas funciona como mediador en las reacciones de hipersensibilidad inmediata. Como parte de la respuesta alérgica a un antígeno se generan anticuerpos IgE, que se unen a la superficie de las células cebadas y los basófilos a través de receptores Fc de gran afinidad IgE específicos.
Esto a su vez produce la secreción de citoquinas pro-inflamatorias como IL-1, IL-6 e IL-13, provocando degranulación (con contenido de histamina) de algunas células como los mastocitos, basófilos, células endoteliales y tejidos tisulares, siendo las células diana las del músculo liso de bronquios, produciendo bronco-constricción. En los leucocitos (neutrófilos, macrófagos y linfocitos) induce quimiotaxis, lo cual a su vez logra producir una mayor cantidad de liberación de histamina y proceso inflamatorio si no existe un mecanismo regulador eficiente.
Podemos concluir que, dependiendo de la presencia de ciertos SNPs, ciertos fenotipos de asma (como asma alérgica, o asma asociado a infecciones) podrían ser más prevalentes en los individuos portadores de tales SNPs. Por otro lado, la co-presencia de ciertos SNPs podría elevar significativamente el riesgo de asma o de enfermedad alérgica. Por ejemplo, un déficit en la degradación de histamina como consecuencia de la presencia de los SNPs de riesgo para un déficit de actividad de la HNMT y de la DAO, aunado a los SNPs de riesgo en la FCER1B, y en la IL-13, o en el HRH4, podrían elevar grandemente la probabilidad de que un paciente padeciera un asma de más difícil control.